Semana 6: Conclusiones
El domingo que pasó fue último domingo de Pascua, por lo tanto mi ayuno de redes y etc. llegó a su fin. Debo decir que este experimento se me ocurrió en un buen momento de mi vida, a pesar de que la motivación principal por la cuál lo empecé, que era trabajar en un proyecto, finalmente no salió adelante por otras razones.
La semana pasada escribí acerca del bien que me hace seguir una historia, pues me di permiso de seguir una serie en Netflix las dos últimas semanas de Pascua, y ayer precisamente terminé la primera temporada. No quiero ver más, a pesar de que disfruté cada segundo, y de que era una serie aparentemente inofensiva. Había olvidado, gracias a la abstinencia de series que llevaba desde Cuaresma, que las series de televisión están hechas para ser consumidas, son parte de esa dinámica, por eso se andan rebuscando cómo más captar la atención de uno, sea con elementos que apelan a lo más bajo y morboso; sea retorciéndo y enredando mil tramas, como es el caso de la serie que yo vi. Cada episodio lo vi con atención y entusiasmo y me involucré mucho como es natural en mí, pero al final de la temporada sentí que no puedo seguir más esa trama desenfrenada.
He mantenido en general los propósitos que me hice en la semana 4, y me parece que estos constituirán mi "dieta" de ahora en adelante. No sé si consuma series en un tiempo... No las censuro, pero hay algo terrible en tenerlas disponibles con todos los episodios y temporadas en Netflix, es difícil moderarse y es difícil que estén hechas para que uno se pueda moderar. Después de todo, lo que yo he perseguido desde el principio es lograr la moderación y dar el lugar que tienen a las cosas. He retomado un jueguito molesto de iPad, pero la verdad es que mi iPad de 4 años está ya con síntomas de ancianidad y pronto sacará la mano...
Es difícil hacer que se puede dar la espalda a todos estos rollos de la época de tecnología e internet, sobretodo para mí, que por mi edad soy una millenial en todo su esplendor; inevitablemente tengo que integrarlos, sólo que ahora controlaré la medida. Yo sólo quería vivir una vida que me construya más, que me haga mejor persona cada vez, de la que me sienta dueña. Si nada podemos controlar de lo externo que pasa, por lo menos saber que uno es dueño de uno mismo y que puede abstenerse, sacrificarse, medirse. Invito a las personas que lean este blog a que se pongan con frecuencia ejercicios de abstinencia y se conozcan, y a que no se crean que en ningún momento las tendencias y las modas los sobrepasan, porque jamás es así.
El ejercicio de revisar los hábitos debe ser de toda la vida, y así será conmigo.
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