Semana 1 de mi experimento

Ya se ha cumplido una semana desde que decidí ayunar de internet y medios electrónicos, una semana muy larga. Antes de relatarla, quisiera aclararle a algunas personas que no es que haya dejado del todo la tecnología. Uso el celular para las llamadas y el Whatsapp, también utilizo el iPad para leer e-books, como despertador, grabadora, para hacer el Duolingo y por algunas aplicaciones que me ayudan en mi oficio musical; y utilizo el computador para consultar el correo electrónico, estudiar y hacer algunas tareas y consultas para los trabajos y la vida diaria. También quisiera aclarar que ahora mismo me dedico al "freelance", es decir, tengo varios proyectos de iniciativa independiente propia a los cuáles me dedico desde mi casa más que todo.

Ahora sí comenzaré con la descripción de la semana. La primera noche fue difícil porque no sabía qué hacer en ese espacio entre la cena y acostarse a dormir, si ya había tenido un día tan productivo; y luego no sabía cómo conciliar el sueño si no podía ver videos en YouTube ni seguir alguna serie de Netflix, por lo que finalmente tomé un cómic en físico y me distraje un poco antes de que el sueño me venciera. Así he hecho todas las noches a manera de transición. Debo decir que he retomado la lectura, el tejido y la práctica de técnica vocal para llenar los espacios que me quedan disponibles cada día. Cuando me acuerdo de algo que tenía que hacer, no tengo más remedio que hacerlo ahí mismo, si es que no es en medio de otra actividad, pero casi nunca lo es.
Sin embargo, he tenido problemas porque hay un momento del día en el que me considero inútil y no sé con qué actividad llenarlo... Este es el "después de almuerzo". Mi mamá me inculcó desde pequeña que después de almuerzo no se debe hacer nada que haga al cerebro trabajar, y siempre he tomado ese momento para ver televisión y todas sus variables, como ver películas y videos. Con vergüenza admito que los dos únicos días en que no rompí mi ayuno de TV después de almuerzo, fue el día que estaba toda mi familia conmigo y nos quedamos charlando de sobremesa, y un día que tuve que salir a hacer unas compras justo después. Caí, pero me levantaré con dignidad. Se me ocurren dos soluciones para esto: Retomar la tradicional costumbre de la siesta o salir a dar un paseo. Podría implementar el paseo los días que he pasado la mañana en la casa, y la siesta los días que he pasado la mañana afuera. Lo intentaré esta semana y veremos cómo me va. 

No tuve tampoco mucho control sobre el Messenger... Lo abrí instintivamente cada rato durante toda la semana y terminé gastando unas cuantas horas comunicándome con mi novio así no lo quisiera. Y eso que nos vimos cada día de la semana... Es difícil quitarse la costumbre de querer saber a toda hora qué hace el otro. Para colmo nos costó trabajo comunicarnos en la vida real, ya que no teníamos un YouTube que nos amenizara cada momento juntos... ¡¡Qué enfermizo es eso!! Y se supone que nos vamos a casar... Pero bueno, otra razón por la cuál era necesario este ejercicio. 

En conclusión: 

- Vi dos películas esta semana, y debía ser una. 

- Cumplí al no jugar juegos de iPad en toda la semana.

- Cumplí al no consultar Facebook en toda la semana. 
- Cumplí no consultando Pinterest en toda la semana.

- Cumplí al no abrir más YouTube, sólo lo he abierto para escuchar la música que es necesario consultar para mis proyectos.

- Le dediqué mucho tiempo al Messenger, siendo que debí marginalizar su uso lo más posible. 

- Vi televisión casi todos los días, siendo que debí evitarla a toda costa.

Para esta semana que acaba de comenzar, intentaré implementar lo de la siesta y el paseo, y deberemos intentar con mi novio hablar todo lo que se deba hablar en persona, para no tener que hablarlo por el Messenger de Facebook.

Ya pasó la primera semana, faltan 5. 



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